Día 3: Oplontis y Pompeya

Tras el desayuno, donde nos volvió a acompañar Alessandro, cogimos el tren de las 8’45. Al llegar a la estación nos encontramos con varios revisores controlando los billetes, se subieron en nuestro tren, y a todo el que no tenía billete lo echaban en la siguiente parada, en las estaciones directamente pedían el billete a la gente según iba subiendo, muchos no llevaban; pero es que había gente que subía en sus narices sin billete. No ponían multa, pero teniendo cuenta que los trenes pasan cada media hora, el castigo ya es considerable si vas a trabajar o estudiar.

Aunque hoy le íbamos a dedicar el día a Pompeya, primero fuimos a Oplontis (donde ayer llegamos tarde), pensamos que si comenzábamos por Pompeya y dejábamos esto para el final del día, nos iba a pasar como ayer.

Al llegar estaba lloviendo, la visita a OPLONTIS lleva poco tiempo, porque en realidad es una casa; también conocida como “Villa de Popea” ya que se cree que perteneció a Popea Sabina, esposa de Nerón.







Está bien, pero es prescindible, no entendemos lo de que la última entrada sea una hora y media antes, no tiene ninguna lógica, que den el mismo tiempo para visitar una casa como es Oplontis, que una ciudad como es Pompeya. A nosotros nos llevó poco más de media hora. La visita la hicimos completamente solos.

Tras la visita, de nuevo al tren, cogimos el de las 10’13 y esta vez cogimos la línea Napoli-Sorrento, porque íbamos a la parada POMPEI VILLA MISTERI (1 parada), que es la que da acceso a PORTA MARINA, que es la puerta principal.

En Pompeya, no cogimos audio guía y funcionamos con nuestro plano (como ayer en Herculano), aquí si que nos hubiera gustado coger el audio guía, pero es que sólo se puede devolver en esa misma puerta, y nuestra intención era salir por la del final, que está cerca del centro y de nuestro alojamiento; el audio guía creo recordar que también valía 5 €.

La ciudad de POMPEYA, al igual que toda la zona ya sufrió un fuerte terremoto en el año 62, pero fue la noche del 24 de agosto del año 79 cuando quedó cubierta por ceniza y lava; y no fue hasta el siglo XVI cuando se descubrió. Pompeya permaneció fiel a Roma durante las Guerras Púnicas contra Cartago, y por ello los emperadores romanos la dotaron con grandes obras urbanísticas, convirtiéndose en el lugar favorito de las familias nobles romanas.

Comenzamos la visita sobre las 10’30, a esa hora había bastante gente y era cuando los grupos organizados comenzaban la visita; además desde que nos habíamos levantado no paraba de llover, así que la visita no nos iba a lucir mucho.

Iniciamos la ruta por el FORO, que era donde más gente había y donde se concentraba muchos edificios importantes.

Templo de Apolo

Templo de Apolo

Templo de Apolo

Foro: era el centro de la vida pública

Foro: donde estaban situados los principales edificios, religiosos, políticos y económicos



Y continuamos visitando los lugares que nos habíamos marcado, decir que esto es enorme, y mejor llevar alguna planificación porque sino te vuelves loco.

Termas del Foro: una de las tres que se conservan, tenían secciones de hombres y de mujeres;
también disponían de piscina y  gimnasio

Termas del Foro: vestidor








Lupanar: uno de los burdeles de la ciudad, este era el más organizado y construido solo con esas finalidad

Lupanar: todas sus paredes están decoradas con motivos eróticos

Lupanar: en la planta baja todavía se conservan las camas,
el piso superior era para clientes más acomodados


Termas Estabianas: ademas había un gimnasio y una piscina al aire libre

Termas Estabianas: tanto la sección femenina como la masculina, estaban compuestas por sala de vestir,
una piscina de agua fría, otra de agua templada y otra de agua caliente

Termas Estabianas: son las más antiguas de la ciudad, como las del Foro, contaban con sección de hombres y mujeres;
tenían un sofisticado sistema de calefacción ya que el aire caliente circulaba bajo el suelo




Pórtico Cuadrangular: al lado del Teatro Grande servía para que los espectadores pasearan durante los descansos;
desde el año 62 se utilizó como barracón de gladiadores

Teatro Grande: con una capacidad para 5.000 personas 

Teatro Grande: en su construcción aprovecharon una cuesta natural








Casa del Fauno: es la casa más lujosa y más grande, en una de sus salas se encontró el Mosaico de Alejandro;
por todo ello es una de las mas emblemáticas

Casa del Fauno: replica de la figura de bronce de la entrada

Pasamos nuevamente por el FORO para ver si teníamos suerte y había despejado, pero seguía igual; al fondo está el Vesubio, pero nosotros apenas pudimos verlo.


Antes de comer, vimos casi todo lo que habíamos seleccionado, además fue una pena porque habían bastantes casas de las más famosas cerradas.

Al entrar preguntamos si se podía salir fuera, pero no, si sales ya no puedes volver a entrar. Así que comimos en el bar de dentro, cuando llegamos era prácticamente hora punta y estaba lleno, pero pudimos encontrar una mesa. El lugar es caro y la comida muy floja, pero se puede sobrevivir; pedimos tres trozos de pizza y un par bebidas y nos costó 18’80 €. De todas formas, aunque se pudiera salir creo que no compensa por el tema de las distancias y el tiempo que supondría perder.

El día se nos estaba haciendo pesado, con la lluvia, el paraguas, la gente (no quiero pensar como será en primavera o verano), todo el rato protegiendo la cámara del agua, las casas que estaban cerradas, etc. Desde luego no era el mejor día para visitar Pompeya.

Así que después de comer nos fuimos hacia el ANFITEATRO que está justo al otro lado.

Anfiteatro

Anfiteatro: no tenía galerías bajo el coso, y por ello el nivel de la plaza es más bajo



Y ya desde allí sobre las 4 y poco salimos por la puerta que da a la Piazza Anfiteatro; la visita nos llevó poco más de 4 horas, aparte el tiempo de la comida.

Regresamos al hotel y decidimos que hoy también era un buen día para echar una siestecilla. Después miramos información de horarios y como lo íbamos a organizar para mañana, ya que era el día que dejábamos el alojamiento de Pompeya para ir a Nápoles.

Algo antes de las 8 salimos y fuimos a la iglesia, y en vista que no había forma de encontrarla abierta y sin misa, aunque estaban en misa echamos una ojeada rápida e hicimos un par de fotos rápida; la Basílica de la Virgen del Rosario merece una pequeña visita, es muy bonita.



Luego fuimos a tomarnos una cerveza donde ayer. Y a cenar en el que nos había recomendado Alessandro (que ayer estaba cerrado), Osteria da Pepino. Pedimos de un entrante que era como fiambre, y luego como plato principal un mixto de carne y una fritura de pescado, más las cervezas y los limonchelos, nos salió por 39’50 €, algo más caro que los días anteriores, pero todo muy bueno; además con una atención excelente, están siempre pendientes.





Luego al hotel, hacer maleta y a dormir.

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